2 de agosto de 2009

Logos o Tecnología

La tecnología estuvo siempre acompañándome y yo acompañándola a ella, ya que la mutación de sus usos, me hizo a mi misma mutar.

Nací en 1970, cuando nacía el medio de transmisión de redes de datos, el fino hilo transparente por el que se envían pulsos de luz que representan los datos a transmitir: la fibra óptica. Cuando Intel crea el 4004, el primer microprocesador, un CPU de 4 bits, yo empezaba a caminar. Pero en esos años también comenzaba una crisis en el sector energético, y por ende expandida a toda la industria y a la sociedad.


El Teléfono medido:
En el país comenzaban tiempos cada vez más convulsionados, violentos, disparatados e imprevisibles, y en mi casa el teléfono a veces se dejaba sonar y sonar por miedo ya que era el transmisor de malas noticias: X no estaba en donde se lo esperaba y Z anda buscando a M. O mi mamá atendía furiosa, dijeran lo que dijeran, decía que era número equivocado. Pero luego de 1982, con mi entrada a la adolescencia, después de esa guerra insólita y con el advenimiento de la democracia, el teléfono fue el medio más romántico, intenso e íntimo que usábamos los cuatros hermanos para hablar con amiguitxs y/o pretendientes, pero claro, comenzó a ser “medido” y mi mama, puso un pequeño candadito que solo la Abuela tenía la llave. Cosa injusta porque ella llamaba a su mejor amiga y hablaba una hora, pero un día la grabamos con un grabador periodista y ese casette se lo mostramos a mi mama, y entonces la Abuela tampoco tuvo más la llave!.Hoy el teléfono fijo pasó a un segundo plano, la telefonía móvil, nos creó una dependencia absoluta. Y muchas veces no hace lo que debería: no comunica.


La computadora:
Tuve acceso a mi primera computadora una Commodore 64 que tenía una especie de casette que yo fascinada me acercaba para oir el “ruidito” que hacía al pasar la información, era el SID 6581, el mejor chip generador de sonidos de la historia. Muchos de los juegos de la infancia y de la adolescencia fueron horas de torneos en la commodore. En los años de la secundaria, estuvo casi completamente ausente la presencia de la tecnología, en la escuela no tuve relación alguna. Pero, por haber ingresado al Conservatorio Municipal de Música y tener compañeros que iban al “industrial” comencé a relacionarme con “aparatos tecnológicos” como pedales, sintetizador, instrumentos eléctricos. Mi vida fue un antes y después cuando un profesor me mostró el Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales (CLAEM) del Instituto Torcuato Di Tella, cuando escuché obras electroacústicas, y comencé a amar la posibilidad de experimentación libre –y libertaria- que le da la tecnología y la música. Hasta el día de hoy es que esa fusión me parece completamente mágica y me ha servido mucho como docente y como proto-artista para transmitir emociones y como animal político para sensibilizar, contribuir a la conciencia crítica.

Internet Society:
Cuando comienzan a seducirme los procesos sociales, esa posibilidad de contribuir al cambio social, ingreso en la Carrera de Sociología y es allí, en los pasillos fue que escuché por primera vez en mi vida hablar de la @, la arroba. Y luego de los cyberpunks, y de una lucha subrepticia que podía existir en la red, y eso me sedujo…. Y hasta el día de hoy me conmueve la posibilidad que tiene de “unir” gente con similares ideologías y propósitos.

Sin embargo…
En mi opinión desde el punto de vista sociológico, es decir desde las transformaciones en la sociedad, las herramientas tecnológicas no han hecho más que contribuir a la aceleración y a la visibilización de procesos sociales que están más allá de su existencia, y que sus “buenos” usos no logran alterar demasiado un statu quo. Donde había desigualdad en términos de capital cultural, generó más, creó una doble resignificación, no sólo se es un analfabeto sino que ahora se es un analfabeto digital. Donde había riqueza, generó más rédito. Donde había un proceso comunicativo, lo amplió. Como la acumulación y el sistema financiero, en definitiva el capitalismo, no tienen una lógica, hoy el caos y la crisis también se trasladan a los usos que se les da a las herramientas informáticas.


A diario deshumanizándonos y desapareciendo:



En mi trabajo a diario utilizo herramientas que me permiten informarme como leer los períodicos, escuchar la radio, recibir mis suscripciones de newsletter, etc.
Todos los días me dedico a "interactuar", desde el MSM, Skype, es decir la mayoría de mi trabajo se hace desde la interfaz de un teclado, pero he perdido preciados saberes artesanales como escribir a mano. Todo pasa por la comunicación virtual, estamos a metros, pero nos mandamos un email. Nos estamos deshumanizando. Esto es claro en la fascinación de los adolescentes por estar “presentes en la web”, esa sobre exposición muchas veces se les vuelve en contra, se fomenta un uso exacerbado de las redes sociales, la fantasía de considerar “amigos” a los que uno acepta en Facebook o en el MSM. No se entiende, no se ve, no se quiere asumir, que somos clientes de nosotros mismos, cuando nos estamos “vendiendo” en la web, somos una mercancía…


¿Interactividad?

La mayor falsedad, en mi opinión es la interactividad, cuando ésta se produce -hasta ahora- sólo bajo un menú prefijado con pautas establecidas. Y en definitiva, la interactividad por excelencia es la palabra, la comunicación humana. Y ella misma se está perdiendo.
El mayor horror: la imagen de un mega-locutorio donde miles de personas chatean con gente que a veces ni conocen de sus cosas más profundas, teniendo a centímetros a otro ser humano….

Si en esta sociedad de la información, no se forman humanos, no se informa –porque no se la forma- a la sociedad, sólo se “digitalizan” sus emociones. Y la pancarta, de una demanda sincera, se convierte en un slogan millones de veces repetido, perdiendo todo sentido y profundidad.

El cambio, en este futurismo decadente, debe estar dado en mi opinión por rediseñar el “uso” que se le da a los “humanos” en los procesos tecnológicos. Revindicar al humano, para entender que la tecnología no es otra cosa que arte, técnica, oficio, un conjunto de habilidades que permiten construir objetos y máquinas para adaptar el medio y satisfacer nuestras necesidades. No al revés, como parecería que tiende a ser en estas sociedades de Estados ausentes que dejan que el mercado dicte las currículas escolares, que propician que los seres humanos pierdan su logos, su natural conjunto de saberes que es el que logra crear esas tecnologías como herramientas.

Lorena Paz
http://www.lorenapaz.info

Primer Informe para el Módulo Transformaciones y Desafíos de la Educación.
PENT-FLACSO