31 de enero de 2023

 

Aquí un informe de lectura obligada para las personas que investigamos y accionamos acerca del uso con sentido y la apropiación de las TIC.

 

https://connecthumanity.fund/digital-inequity-report/


Es evidente que algo peor y tan preocupante como la falta de estándares en el diseño y en el desarrollo de software y hardware, los costos materiales que tienen, tanto como la falta de acceso a internet, o la imposibilidad de contar con artefactos en buen estado, lo cual a esta altura es una violación a los DDHH, en tanto la socialización obligada básica es híbrida. Es aun más preocupante la falta de regulación y de curaduría del contenido que circula. Y ahí es claro que estamos naufragando en un mar de sinsentido.


No hay ningún rango etario que logre escapar de estar constreñido a usar dispositivos para hacer trámites cívicos vitales, y estamos obligados a trabajar hiper conectadas para reproducir nuestras existencias, lo cual además en paralelo deja a las infancias a la deriva de basura informacional tóxica que no podemos siquiera entender.


Como Investigadora del Diseño de Experiencias, me pregunto


¿Cómo diseñar experiencias analógicas que nos permitan tomar conciencia de las corporalidades que estamos arruinando sometidos a los artefactos?


¿Cómo podemos tomar el timón de nuestras necesidades genuinas, vitales y capitanear el uso del tiempo?


¡Cómo tomar conciencia que integramos un medio ambiente con otros seres vivos, un espacio que no es artificial y, valga la adjetivación, es claramente un sistema complejo más inteligente e interactivo?


Todo aquello que nos preocupa de la democratización de los usos de internet o de indagar quienes son sus mayores beneficiarios, es tan importante y vital como todo lo que hacemos para des-tiranizar nuestras vidas de la sobre conexión.


Si asumimos que es necesario estar conectados, y queremos universalizarlo, necesitamos antes replantearnos conectados a qué, cuanto tiempo y para qué. No hay ningún retorno de la inversión del tiempo en nuestras vidas si se extinguen al ritmo de los bites que consumimos porque mientras nos consumen.